Los seguros de accidentes son un producto que todos podemos contratar. Los imprevistos están a la orden del día y no hay nada que aporte más tranquilidad que saber que, cuando ocurran, podremos afrontarlos. Más allá de la póliza también hay algunos consejos para proteger a los más pequeños en su vida cotidiana.

Los niños hacen cosas de niños. Son curiosos y están explorando el mundo que les rodea; un mundo con peligros constantes que podrían comprometer su integridad física. Afortunadamente, los padres estamos para enseñarles a desenvolverse de tal forma que se disminuya el riesgo de que se produzcan esos accidentes.

Contar con un seguro nos dará la tranquilidad de poder afrontar un incidente, sin importar su tamaño, incluso en momentos en los que no exista suficiente liquidez en la familia. El seguro se convierte en nuestro “ángel de la guarda”.

Sin embargo, a pesar de contar con un seguro de accidentes, no está demás ayudar a los niños a desarrollar desde una temprana edad consciencia sobre las consecuencias que pueden conllevar sus acciones y movimientos. Éstas serán, sin duda, lecciones para la vida que además os aportarán mayor tranquilidad.

¿Podemos evitar accidentes?… Aquí algunas ideas recomendadas por los expertos:

• Información: es fundamental comunicar a los niños desde una temprana edad las posibles consecuencias de sus actos. Así gane la curiosidad del niño y decida experimentar, igualmente debemos intentarlo y seguir comentándoles las consecuencias de cada acción. Con el crecimiento y la madurez el los riesgos se irán controlando.
• Adecuación: Sobre todo cuando los niños son aún muy pequeños y no tienen total dominio de sus capacidades motrices, lo mejor es intentar adaptar el entorno a su edad. Existen en la web numerosos enlaces a tutoriales con instrucciones sencillas para transformar espacios en lugares más seguros para los niños. Es importante también educar a los nuestros en el uso de tijeras, cuchillos y otros objetos filosos; incluso a que pidan permiso antes de hacerlo. Ayudar a los niños a realizar actividades que involucren el uso de objetos potencialmente peligrosos refuerza la autoridad y suele convertirse en tiempo de calidad, en familia.
• Valores: Inculcar valores positivos es la base de toda educación. El amor, el respeto hacia nuestra vida y la del prójimo, y la prudencia, son conceptos importantes.

A medida que los niños vayan creciendo, es normal y positivo irles dando cada vez más libertades. Los riesgos no desaparecen, evolucionan, y se manifestarán de forma diferente según la edad y etapa de crecimiento personal. Con información, un entorno adecuado y valores fundamentales, nuestros seres más queridos estarán en la mejor disposición para tomar una decisión y poder así enfrentarse a los riesgos de forma segura.

La preocupación excesiva tampoco es buena consejera. Si las consecuencias no son graves, los niños tendrán la oportunidad de enfrentarse a pequeños accidentes y aprender lo que no deben hacer.

No debemos confundir la prudencia con el miedo excesivo, ni transmitir inseguridades a los más pequeños. Avisar de las consecuencias y recordárselas no es malo. Pero estos avisos deberán ir acompañados de oportunidades para seguir creciendo y conociendo el mundo. Mientras podáis estar ahí disponibles para ellos, mejor. Pero si no lo estáis, ya sabéis, aquí tenéis a vuestro “ángel de la guarda”.

Un seguro de accidentes ayudará a toda la familia a gestionar de mejor forma las consecuencias de los incidentes que puedan presentarse. Aquí más información sobre coberturas y pólizas.

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